miércoles, 10 de octubre de 2012


Lucro en las universidades no logra ocultar abusos de las AFP


La abrumadora mayoría de los chilenos se ha expresado en las calles y encuestas rechazando el lucro en la educación chilena, criterio que ha subsistido desde la dictadura, pasando por los 20 años de la Concertación y los dos años del gobierno actual.

También hay un movimiento ascendente encaminado a superar el lucro en Salud y Previsión.

Las ISAPRES han sido derrotadas en más de 18 mil juicios en los Tribunales, después que un fallo del Tribunal Constitucional, redactado por Mario Fernández Baeza, hoy integrante del Directorio de ACUSA AFP, pero su gran peso económico ha impedido que se dicten las modificaciones legales indispensables.

En el tema previsional estamos bastante más atrasados por cuanto el poder económico que las respalda es de tal entidad, que logra controlar buena parte de los medios de comunicación, especialmente la TV. Pero sus tentáculos se extienden transversalmente en todos los actores políticos y en las Universidades.

Hay signos alentadores en lo político, como el acuerdo de enero de este año del Senado, que con 4 votos de la derecha, más toda la concertación, acordó crear una Comisión Especial para estudiar las graves deficiencias del sistema de AFP, pero que lamentablemente, aún no se constituye.

En las Universidades, incluidas las tradicionales, con el argumento de financiar sus actividades, venden sus servicios a las grandes empresas y por ello, las AFP compran estudios para usarlos en las campañas de publicidad engañosa que realizan.

En estos días, se publican carísimos avisos con personajes públicos que jamás vivirán de una jubilación de AFP, como Manuel Pelligrini y se fabrican noticias basadas en estudios hechos por académicos destacados.

En este último aspecto, diversos medios escritos , entre ellos El Mercurio del 20 de julio, en la sección Economía y Negocios, publicó un titular destacado: “Hombres obtienen pensiones por el 88% de su ingreso promedio y mujeres llegan sólo al 64%”. Esta noticia se basa en un estudio hecho por encargo de los dueños de las AFP a la Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad Católica, con el relevante calificativo de Pontificia, que vende servicios a las grandes empresas chilenas.

El autor de la investigación, por su parte es el economista Ricardo Paredes, con un nutrido currículo académico. Las informaciones que circulan en la red nos permitieron comprobar que el DICTUC estuvo relacionado con el escándalo KODAMA- MINVU, conocido a comienzos de este gobierno y que el autor del informe ocupó el cargo de Decano de la Facultad de Economía de la U. de Chile.

Pero concentrémonos en lo previsional. Al escribir esta nota, 22 de Julio de 2012, no habíamos logrado obtener una copia completa del informe, a pesar de haber visitado las páginas oficiales del DICTUC y de la Asociación de AFP.

Por ello, analizaremos el artículo al que hicimos referencia. En primer lugar, presenta resultados que contradicen los datos oficiales que publica la Superintendencia de AFP y a las experiencias de muchos pensionados que conocemos en nuestra Asociación.

Observemos una de sus conclusiones: “El promedio de las pensiones de vejez de los hombres alcanza una tasa de reemplazo neta del 88%, mientras que para las mujeres llega al 64%. La brecha de 24 puntos porcentuales entre ambos géneros, explica Paredes, se debe fundamentalmente al bajo nivel de cotizaciones de las mujeres, una carencia que hasta ahora está siendo complementada en gran medida por el Pilar Solidario de la Reforma Previsional.”

Coincidimos con el autor en cuestión, en que el nivel de cotizaciones es bajo, pero para hombres y mujeres, debido a un tema estructural, la actual organización de las actividades económicas, que debido al liberalismo extremo impuesto, obliga a muchas personas a trabajar con contrato de trabajo sólo el 50% de su vida laboral, porcentaje que es mayor en el caso de las mujeres.

Pero también hemos probado en nuestras publicaciones que hay otras razones. Entre ellas, la falta del aporte patronal que existe en casi todos los países del mundo; las gravísimas pérdidas, especialmente de los años 2008, 2011 y en la actualidad, se han producido por decisiones de inversión tomadas para favorecer especuladores que controlan las AFP.

El año 2008 se perdieron cerca de 70 mil millones de dólares, cifra mayor al Presupuesto de Chile de ese año.El año 2011, se perdieron cerca de 20 mil millones de dólares y este año ya se registraban pérdidas superiores a los 4 mil millones en los primeros meses.

Cualquier persona interesada puede leer en las leyes vigentes que las AFP controlan la mayoría de las instancias dónde se toman las decisiones de inversión y es un hecho público y notorio que controlaban empresas como La Polar.

Además los altos costos, la equivocada administración y las acciones ilegales de los ejecutivos y directores de las AFP, son elementos esenciales para un resultado en pensiones tan dramáticamente malo.

Hay un párrafo de la publicación que comentamos muy decidor: “sin considerar este aporte, (el del Pilar Solidario) la tasa de reemplazo promedio de las pensiones de las mujeres baja a 37%”. Entre el 64% y el 37% hay una gran diferencia, como la habría entre el 88% y el 52% en el caso de los hombres si se aplicara a ellos el mismo parámetro de cálculo. Esta diferencia es pagada por todos los chilenos, en tanto los dueños de las AFP se reparten jugosas ganancias.

Mencionemos un ejemplo: en el acta de la Junta de Accionistas de AFP Habitat, celebrada en abril de 2012 se lee lo siguiente: “La utilidad disponible, sobre la que se basa nuestra política de dividendos, llegó finalmente a $54.981 millones, lo que se compara favorablemente con los $49.591 millones que se obtuvo el año 2010.”

Los Fondos de pensiones pierden, las pensiones bajan, las parchamos con subsidios financiados por todos los chilenos, las utilidades crecen y se reparten entre unos pocos.

¿Dirá algo de esto el estudio del DICTUC? Esperamos leerlo completo para comentarlo más adelante.

Por, ahora, recordemos cuatro cosas:

1.- Que la gran mayoría de los afiliados a las AFP no tienen derecho a la totalidad del Pilar Solidario. El Aporte Previsional Solidario de Vejez (APSV), el Aporte Previsional Solidario de Invalidez (APSI) es una opción para hombres y mujeres que reúnan los requisitos legales y el Bono por hijo nacido vivo u adoptado, es exclusivamente para las mujeres.

Para los que lo ignoren, el aporte previsional solidario de vejez (APS) es para aquellas personas que hayan cotizado al sistema de pensiones contributivo y autofinancien una pensión menor a la Pensión Máxima con Aporte Solidario, esto es , la que paga la AFP a los pensionados que reciben una pensión inferior a $ 255.000, el que en el monto aproximado a los $ 255.000, puede alcanzar a unos $ 5.000 mensuales

2.-. La pensión promedio según los datos que se leen en Panorama Previsional, publicación oficial, es de $121.000 mensuales, en la modalidad de retiro programado y de las que existen cerca de medio millón. Un ejemplo de que a la clase media nada le ofrece el sistema se constata con el caso de una profesora de la Universidad de Chile, que ganaba $1.800.000 mensuales, que el año pasado su pensión de retiro programado era de a $ 500.000 mensuales y que este año bajó a $ 400 mil.

3.- En una opinión anterior, recordé que el diario El Mercurio del 12 de mayo de 2012, informaba que las mujeres que actualmente tienen 50 años, a los 60 años obtendrán, en las AFP una pensión de vejez cercana a los $ 92.000 pesos mensuales, después de cotizar toda su vida laboral más del 12% de sus remuneraciones.

De acuerdo a esta información, las mujeres obtendrían una pensión, que equivaldría al 20% de la remuneración promedio que se obtiene en actividad. Sigo afirmando que en este caso El Mercurio NO miente.

4.- El propio Paredes, según las notas aludidas, sostiene: “la fuerte relevancia del Pilar Solidario, permite entender el esquema previsional chileno como un “sistema mixto público-privado”. ¿De qué éxito privado nos hablan?

Chile, un mundo Feliz para los dueños de AFP: Utilidades millonarias para ellos, bonificadas por el Estado y pensiones malas para la abrumadora mayoría.

 

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